Señales para saber que estás en una relación no sana

Actualizamos nuestro blog para centrarnos en las relaciones de pareja. Concretamente os hablaremos sobre algunas señales para saber que no estás en una relación del todo sana. En muchas ocasiones, son factores que consideramos normales o no somos conscientes del riesgo que estos implican.

Por ello, hoy queremos compartir con vosotros/as algunas señales para saber que tu relación no es sana. Léelas con detenimiento y, si te sientes reflejado/a en alguna de ellas, puede que sientas que tu relación de pareja no es tan sana como parece.

 

4 aspectos  que no definen una relación de pareja sana:

En los tiempos que corren estamos expuestos/as a numerosa información que nos confunde sobre las relaciones y su funcionamiento; por ese motivo hoy vamos a aclarar alguno de estos aspectos.

 

Estar todo el tiempo con tu pareja y compartir todas nuestras aficiones.

Cuando decidimos compartir nuestra vida con una pareja, generalmente disfrutamos del tiempo compartido y nos gusta implicarnos mutuamente en los hobbies de la otra persona. Y eso está bien.

Está bien siempre que me apetezca, que lo elija libremente, y que no implique la renuncia a mi parcela individual (por miedo a que la otra persona se enfade, por miedo a que la relación se rompa, por la dependencia generada hacia el otro/a…)

Que queramos pasar tiempo con esa persona, no quiere decir que renunciemos a nuestro tiempo de dedicación personal. Es sano conservar nuestro propio espacio, nuestras amistades, disfrutar de nuestro tiempo a solas, etc. de la misma forma que disfrutamos realizando cosas en común.

 

No discutir.

A menudo, escuchamos frases del tipo “son una pareja perfecta, no discuten nunca” como algo deseable o un objetivo a lograr dentro de nuestras relaciones.

La cuestión es que, muchas veces, entendemos “discutir” como sinónimo de “pelear”. Y es aquí donde radica el problema.

Discutir implica negociar, implica no tener la misma opinión sobre todas las cuestiones (lo cual tiene sentido, pues somos dos personas diferentes), y sentirnos con la libertad y la confianza suficiente para poder expresarlo con nuestra pareja de manera adecuada. ¿Qué hay de malo en ello?

Detrás de las parejas que parecen estar siempre de acuerdo en todo, muchas veces encontramos que alguno/a se adapta de forma constante al otro/a por miedo a la confrontación, porque existe un déficit en habilidades comunicativas, por miedo al rechazo, etc. Esto puede acabar generando un malestar intenso a esa persona que no puede ser quien es libremente, y desgastando la relación de pareja.

 

Responsabilizar o exigir a la otra persona que nos haga felices.

“Sin ti no soy nada”. ¿Os suena esa frase?

Puede parecer romántica, bonita, profunda… pero esconde ciertos aspectos de manipulación en los que (probablemente sin darnos cuenta y fruto de los mitos del amor romántico con los que hemos crecido) responsabilizamos a nuestra pareja de nuestros estados emocionales.

Mejor “sin ti soy todo”. Porque cada persona es válida en sí misma, tenga o no tenga pareja. Y las personas que elegimos para compartir nuestra vida no tienen la misión de cubrir todas nuestras necesidades y hacernos felices. Estar a gusto en la relación es importante, pero trabajar individualmente para sentirse bien con uno/a mismo/a, también lo es.

 

Celos.

Muchas veces hemos escuchado que “si no siente celos, es que no te quiere”. Muchas personas identifican los celos como signo de amor. Nada más lejos de la realidad.

Los celos surgen del miedo a que otra persona “ocupe nuestro lugar” y están relacionados con el sentimiento de propiedad que aparece cuando se establece una pareja (“es MI pareja, me pertenece”).

Suelen aparecer derivados de inseguridades personales y/o falta de confianza y, aunque la persona no es responsable de la aparición de la emoción, sí lo es de lo que hace con ella. En este sentido, a menudo observamos que la gestión suele pasar por exigir a la otra persona explicaciones de forma constante como forma de mantener la calma, como herramienta de control.

Pero, ¿estamos solucionando el problema de origen? ¿Estamos sosteniendo nuestros miedos y fomentando la confianza en la pareja?

 

Con esta entrada sobre señales para saber que estás en una relación no sana queremos que interioricéis estos 4 aspectos que propone Patricia Máiquez desde el área de psicología del Centro Cristina Andrades, y os preguntéis: ¿cómo es mi relación?

Cristina Andrades Patricia

 

Patricia Máiquez –
Área Psicología

 

 

 

 

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