El proceso de duelo

¿A qué nos referimos cuando hablamos de duelo?

El proceso duelo supone la ruptura de un vínculo. Ese vínculo podríamos tenerlo con un trabajo, con un objeto, con un animal, con una persona, etc. Por lo tanto, podríamos decir que estamos bastante acostumbrados a enfrentarnos a situaciones de duelo. Sin embargo, eso no quiere decir que, por ser algo relativamente frecuente, duela menos.

FASES DEL PROCESO DE DUELO

Cuando iniciamos un proceso de duelo, comenzamos un camino de exploración en el que afloran diversas emociones. Puede ocurrir que no comprendamos qué nos está ocurriendo, “¿por qué me siento con indiferencia si acabo de perder lo que más quería?”, “¿por qué me siento tan irritable con quienes me rodean?”. Todos estos pensamientos y emociones son NATURALES Y NORMALES, tienen la función de comunicarnos con nosotros mismos y con las personas que hay a nuestro alrededor y, si en lugar de ponernos una barrera que nos impida continuar recorriendo el camino, los aceptamos y recogemos como algo natural, vamos a seguir avanzando.

Elisabeth Kubler-Ross identificó varias fases que pueden estar presentes a lo largo de este recorrido. No todo el mundo pasa por cada una de ellas ni tienen que ocurrir en un orden, en lo que sí podemos coincidir es en que forman parte del duelo. Estas fases serían: negar la realidad de la pérdida – sentir ira y resentimiento hacia el ser querido, familiares o amigos – negociar qué podríamos haber hecho diferente para evitar la muerte o hacer un pacto con Dios para traerle de vuelta – sentimientos de depresión, tristeza, miedo o incertidumbre cuando vamos comprendiendo la realidad de la pérdida – aceptar la ausencia de nuestro ser querido y continuar con nuestra vida.

“¿CUÁNDO ME VOY A RECUPERAR?”

Una pregunta que podemos hacernos todos mientras atravesamos un duelo es: “¿cuánto tiempo voy a necesitar para volver a ser la misma o el mismo de antes?”. Lamentablemente, esta pregunta no tiene una respuesta concreta. Existen tantos tipos de duelo como personas hay en el mundo, es decir, cada uno de nosotros podemos necesitar un tiempo diferente para recuperarnos y sentir unos síntomas totalmente distintos. Incluso puede ocurrir que una misma persona viva distintos duelos de una manera completamente diferente, por lo que cada persona experimentamos nuestro duelo de una forma única y particular.

CÓMO PODEMOS AYUDAR A UNA PERSONA QUE VIVE UN DUELO

Nuestro acompañamiento puede ser uno de los aspectos más importantes que puede necesitar alguien que está sufriendo un duelo. Muchas veces, tendemos a evitar hablar del tema, hacer comentarios como “tienes que ser fuerte”, “el tiempo lo cura todo”, “no llores” o intentar distraer a nuestro ser querido haciendo actividades continuamente. Esto sería un intento de solución que se hace con buena intención y que, al mismo tiempo, no suele ayudar al doliente.

Siempre sería más recomendable permitir que nos exprese cómo se siente, dejarle llorar sin interrumpir el llanto, ofrecerle ayudas concretas y tomar la iniciativa de llamarle respetando su intimidad, acompañar en el silencio compartido y, en definitiva… PERMITIR A NUESTRO ALLEGADO ESTAR EN DUELO.

 

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