MATERNIDAD CONSCIENTE
Hablando de maternidad consciente, acompaño a mujeres embarazadas y a mamás en terapia, y hay algo que sale de manera recurrente: el miedo a no estar haciéndolo bien, a no estar a la altura de las necesidades de los hijos/as.
Éste miedo puede venir de diversos sitios, y por ello es importante poder identificarlo para así poder trabajarlo. Por ejemplo, no es lo mismo ser madre primeriza, que madre de un segundo o tercer hijo. No es lo mismo ser hija única, que habernos criado rodeadas de hermanos. No es lo mismo haber tenido unos papás presentes en nuestras vidas, que haber tenido unos papás ausentes por trabajo, por enfermedad, por adicciones…
Por ésto es importante entender que somos muy diferentes, y que compararme con otras mamás no hará que yo mejore mi manera de maternar.
Vaya por delante que el trabajo que hacemos en consulta para entender de dónde venimos dista mucho de culpabilizar a las familias de origen. No se trata de señalar a nadie ni colgarle el cartel de “por tu culpa”. Es muy importante entender que ellas y ellos lo hicieron lo mejor que pudieron y supieron con sus propias mochilas y aprendizajes anteriores. Conocer nuestra historia nos ayudará a entenderla.
Y relacionado con ésto, un segundo miedo que suele aparecer en las sesiones de terapia es el de no querer repetir patrones de crianza si los que yo he tenido no han sido buenos para mí.
Lo curioso es que cuando las mamás me relatan su historia, tanto pasada como actual, en cierta manera acaban repitiendo algunos de ésos comportamientos negativos, los cuales viven con una terrible angustia y culpabilidad.
¿Por qué?
Porque el ser humano aprende por modelado y los padres suelen ser las figuras de referencia. Si mi padre cuando se enfadaba tiraba cosas al suelo, yo he vivido ésto desde pequeña, año tras año. Y aunque de adulta sepa que no quiero funcionar así, cuando la situación nos supera, por ejemplo, en una rabieta de nuestros pequeños, podemos sorprendernos tirando algo al suelo o rompiendo algo.
La manera de poder trabajar ésto es conociendo nuestra historia, aprendiendo a parar y a darme cuenta de qué necesito cambiar en mí para poder ser una madre consciente.
Si queremos cambiar patrones con nuestros hijos, tenemos que aprender a cambiarlos primero en nosotras.
Un ejemplo que pongo de ésto es el siguiente:
Si cuando yo era pequeñita y tenía alguna caída mi madre me levantaba del suelo de un tirón, diciéndome lo torpe que era, que no servía para nada y se enfadaba, yo tendré ese patrón en mi memoria, y cuando mi hijo/a se caiga, mi aprendizaje es más fácil que me lleve a enfadarme y a reaccionar de manera parecida a como reaccionaron conmigo. En cambio si cuando yo me caía, mi madre me levantaba de manera cariñosa y me invitaba a seguir jugando, pero habiendo validado antes mi dolor y mis lágrimas, yo tendré de adulta ése aprendizaje y será más fácil que lo repita. Y todo esto está muy relacionado con la autoestima y con el cómo me hablo, aunque sobre éste tema, podemos profundizar otro día.
Éstos patrones de aprendizaje son modificables, podemos re-aprender a relacionarnos con nosotras mismas y con nuestros hijos. Y para ello es importante maternar de forma consciente, estar presente en el aquí y el ahora, siendo consciente de cómo estoy, qué me resulta difícil, qué necesitamos, qué necesita mi hijo/a. Y desde aquí buscar las soluciones que me ayuden a conseguirlo.
Ser madre es algo maravilloso, pero también duro, una montaña rusa emocional constante de la que poco se habla. Y a veces nos podemos encontrar con dificultades que creemos tener nosotras solas y que no compartimos por vergüenza o porque nadie me ha hablado de esto antes y creo que es fallo mío o que no soy o voy a ser suficiente.
Es importante que nos comuniquemos con personas de confianza o que están en una situación parecida a nosotras para poder así sentirnos acompañadas y guiadas, si así lo necesitamos.
No me olvido de los papás, si los hay, ni de otras mamás como miembros de la pareja ni de otros miembros de la familia que pueda haber, todos ocupan un lugar muy importante, sólo que hoy quería hablar de la maternidad y de los problemas que aparecen en las sesiones con ellas.
Maricarmen De la Cruz Pinedo.
Psicóloga general sanitaria.
CV10712.
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