LA IMPORTANCIA DE LAS EMOCIONES EN LA POBLACIÓN INFANTIL
La capacidad de sentir es una capacidad humana que nos permite aprender de nuestras experiencias, vivir y reaccionar de una manera u otra ante las situaciones que nos va presentando la vida. Esta capacidad es innata, están presentes en nuestra vida desde bien peques y debemos darles la justa importancia a todas las emociones en la población infantil.
La población infantil sienten las mismas emociones que las personas adultas
Exacto, por lo que es fundamental que aprendan a reconocerlas, identificarlas, expresarlas y gestionarlas, así como conocer la función que tiene cada una de ellas.
Las emociones son reacciones que aparecen ante un estímulo del ambiente o ante una señal de nuestro propio cuerpo. Estas, pueden extenderse en el tiempo y pueden ser determinantes en experiencias futuras, ya que, como se ha mencionado anteriormente, son una fuente de aprendizaje. Cada persona vive sus emociones de una manera específica, en función de su historia de aprendizaje y de la situación que ha desencadenado su aparición.
Las emociones, en población infantil y adulta, se relacionan principalmente con tres aspectos:
Sensación física, pensamiento y conducta. Por ejemplo, cuando una persona siente miedo, el corazón empieza a latir más rápido y la respiración puede acelerarse. Además, suelen aparecer pensamientos como “estoy en peligro”, a lo que puede seguirle el comportamiento de lucha o huida. Cuando una persona está triste puede notar cansancio y pesadez en el cuerpo, pueden aparecer pensamientos negativos sobre ella misma, los demás o el mundo (“no sirvo para nada”), lo que puede desembocar en dejar de hacer cosas que antes hacía.
Por tanto, sabiendo la importancia que tienen las emociones a todas las edades, es fundamental fomentar la educación emocional desde pequeños. La educación emocional permite enfrentar los problemas que se presentan a lo largo de la vida de una forma más adecuada. Esto tiene beneficios no sólo en la infancia, sino también en la etapa adulta. Es importante enseñar a los niños y las niñas que no hay emociones buenas, malas, peligrosas o dañinas, ya que todas son necesarias (incluyendo las emociones que conocemos como negativas).
Todas ellas nos facilitan y ayudan a enfrentarnos a las situaciones que vivimos en el día a día y son útiles e importantes, ya que todas tienen una función. Es importante transmitirle a los y las peques que no hay que intentar evitar las situaciones que no nos gustan. Esta idea puede verse fácilmente con la emoción de miedo. Si no sintiéramos miedo, ¿Cómo sabemos que estamos en peligro? No detectaríamos situaciones peligrosas y no podríamos reaccionar ante ellas.
En los primeros años de vida es cuando mayor importancia tienen las emociones en la población infantil, los peques tienen mayor capacidad de plasticidad cerebral, por lo que es especialmente importante que se trabaje la educación emocional porque es un momento de enriquecimiento y desarrollo de la parte cognitiva y afectiva. Además, es importante destacar que, enseñarles a identificar y gestionar las emociones les permite mejorar la percepción de control sobre lo que les ocurre, lo que favorece un mejor desarrollo del autoestima y autoconcepto.
LA IMPORTANCIA DE LAS EMOCIONES EN LA POBLACIÓN INFANTIL
La población infantil puede sentir muchas emociones diferentes a lo largo del día, por lo que es importante que pueda conocerlas, saber cómo son y para qué sirven cada una, de tal forma que pueda entender que no son peligrosas y que no debe temerlas. A veces les transmitimos mensajes como: “No estés triste, que no pasa nada”, “No tengas miedo, que ya eres muy mayor”, “No te enfades, que así no consigues nada”. Pero realmente no somos conscientes de que, con esos mensajes estamos rechazando e invalidando la emoción que está sintiendo, intentando bloquearla o eliminarla. Lo cual puede provocar dificultades para el desarrollo personal, social, familiar…
También es cierto que hay veces que la intensidad de las emociones puede abrumarles y causarles un gran malestar. Esto puede provocar dificultades para vivir con normalidad, necesitando ayuda para aprender a manejarlas. Por este motivo, es importante hacerle ver al peque la importancia de expresar las emociones, incluyendo las que perciben como “dañinas” ya que son esenciales y necesarias y no tenemos que luchar para que desaparezcan.
Existen algunas estrategias para fomentar la educación emocional infantil desde casa:
- Aceptar y darle importancia a las emociones de los peques desde el primer momento.
- Darle a elegir entre varias opciones para que empiece a tomar decisiones (bajo la supervisión de la persona adulta).
- Practicar la escucha activa para que se sientan valorados/as.
- Utilizar el modelado, es decir, que las personas adultas que vivan en casa muestren sus habilidades de gestión emocional: reconocer y expresar emociones. Por ejemplo, pedir perdón cuando me equivoco, tratar con respeto y amabilidad, utilizar el lenguaje emocional frecuentemente…
- Darles responsabilidades ajustadas a la edad para fomentar el desarrollo de la autoestima y reforzarle.
- Comprender que cada peque es únicx, con sus puntos fuertes y evitar las comparaciones, respetando las diferencias y diversidades entre ellos/as.
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