INVALIDACIÓN EMOCIONAL

“No llores por esa tontería”, “No es para tanto”, “Eres demasiado sensible”, “Te ahogas en un vaso de agua”, “Te lo estás tomando demasiado a pecho”, “Eso no es nada, deja que te cuente lo que me ha pasado a mí”, “Si sigues llorando tanto me voy a preocupar y me voy a poner yo triste”, “Ya es hora de que lo superes”, “Mejor no te preocupes más, tómatelo con calma”, “Llorando solo empeoras el problema”, “No tengas miedo, tú eres muy valiente”. Son solo algunos ejemplos de la invalidación emocional.

¿Os resuenan estos mensajes? Seguramente, todas y todos podamos sentirnos identificados con estos comentarios que, desgraciadamente, son muy comunes. Por lo tanto, vamos a dedicar este post a hablar sobre la invalidación emocional, así como sobre las consecuencias en las que puede derivar.

¿Qué es la invalidación emocional?

Invalidar las emociones de una persona es una forma de negar, rechazar o restar importancia a cómo se siente. Cuando consideramos que alguien está exagerando, le devolvemos “No es para tanto” o cambiamos a otro tema de conversación estamos invalidándole. Cuando pedimos que una persona cambie sin tener en cuenta cómo se está sintiendo estamos invalidándole. Por ejemplo, este último caso es muy frecuente cuando nos encontramos con alguien que presenta síntomas depresivos, por lo que no le apetece continuar con sus actividades, y le decimos “Anímate, lo que tienes que hacer es salir y distraerte”. En esta situación no estamos teniendo en cuenta que, emocionalmente, esa persona no puede hacer planes y distraerse, si fuese tan sencillo seguramente ya lo hubiese intentado.

Si nos empeñamos en que esa persona introduzca cambios en su vida sin tener en cuenta su emoción para que así deje de sentir lo que está sintiendo, por mucho que lo intente no va a poder cambiar porque tal vez lo que necesita no es dejar de sentir esa emoción, sino todo lo contrario, quizás en este momento lo que necesita es acompañarse de esa emoción.

Consecuencias de la invalidación emocional

Cuando estos comentarios aparecen de forma aislada, no suponen tantos inconvenientes. Sin embargo, cuando se repiten constantemente y no solo proceden de una persona sino de varias de las personas que nos rodean, podrían derivar en muchas dificultades.

Autoinvalidación

Una de las consecuencias en las que podría derivar es que aprendamos a invalidarnos a nosotros mismos a raíz de ver cómo lo hacen los demás con nosotros. Cuando actuamos rechazando, evitando o tapando nuestras emociones con otras que consideramos más positivas, realmente no conseguimos que esa emoción desaparezca, sino que se queda acompañándonos en segundo plano y, cuando llega el momento de que vuelva a aparecer, podría hacerlo con más intensidad y ser más desagradable. Esto ocurre así porque ponernos una venda y no sentir, no funciona, nuestro cuerpo podría comunicárnoslo de otra manera, por ejemplo, a través de un dolor de cabeza.

Además, es muy frecuente que, tras un comentario invalidante nos sintamos incomprendidos y podamos pensar “¿Será que no me pasa nada?”, pudiendo dar lugar a que en otro momento no nos molestemos en compartir cómo nos estamos sintiendo porque “¿Para qué voy a decir nada si no lo van a entender?”, así tenderíamos a distanciarnos de los demás al no compartir cómo nos sentimos.

Inseguridad y rechazo

Podría también ocurrir que tendamos a pensar que hay algo malo en nosotros, apareciendo la inseguridad y el rechazo a uno mismo. “No tendría que sentirme de esta manera”, “Me estoy preocupando por algo sin importancia”, “Siempre estoy igual, debería saber reaccionar de otra manera en estas situaciones”, “No debería ser como soy”. Así, sentimos indefensión por no saber resolver adecuadamente los problemas a los que nos enfrentamos, pudiendo desembocar en esa idea tan común de “no valgo para nada” o “no soy suficiente”.

De esta manera, al malestar que podamos sentir por la situación a la que nos estamos enfrentando le añadiríamos nuevamente más malestar por sentirnos como nos sentimos ante esa situación cuando, realmente, si nos sentimos de ese modo es algo natural y necesario.

¿Qué es la validación emocional?

Validar las emociones de una persona sería todo lo contrario a lo que acabamos de mencionar. Consiste en hacerle ver a la otra persona que tiene sentido cómo se siente, que sus emociones son comprensibles teniendo en cuenta su historia y teniendo en cuenta la situación que está viviendo. Esa validación permite que la intensidad de esas emociones se pueda regular en alguna medida, asimismo, influye positivamente en la relación con esa persona al ser más probable que nos permitamos seguir compartiendo información que necesitamos sacar para poder procesarla.

Por lo tanto, para fomentar la validación emocional hacia otras personas es recomendable que podamos escuchar y dejar hablar para que exprese todo lo que necesita, preguntarle genuinamente mostrando interés para saber más sobre lo que nos cuenta sin juzgarle, preguntar si no entendemos algo, hacerle ver que entendemos que se haya sentido así y que tiene sentido que esas emociones hayan aparecido.

La importancia de la auto-validación

No podemos olvidar que la validación también podemos y debemos ponerla en práctica con nosotros mismos. No sería igual si, cuando nos sentimos decepcionados porque una persona nos ha rechazado, nos decimos “no pasa nada, voy a seguir haciendo este trabajo que ahora es más importante” que decirnos “está bien sentirme así, ha sido un momento complicado para mí y en este momento necesito sentir lo que estoy sintiendo”. En el primer caso estamos intentando buscar el bienestar a corto plazo, aunque a largo plazo pueda intensificarse y generarnos dificultades, en el segundo caso estamos dándole un espacio a esa emoción, lo que permite que pueda empezar a regularse.

Como conclusión, sería importante tener presente que todas las emociones son bienvenidas y que, aunque nos sea más complicado convivir con algunas de ellas, resulta mucho más saludable acompañarnos de ellas y dejarlas estar que intentar rechazarlas.

¿Os animáis a ir poniendo en práctica la validación de vuestras emociones?

Contacta con un psicólogo en Lebrija

Psicólogo online