Primero me gustaría agradecer a la persona que ha contactado con el Centro de Psicología Cristina andrades solicitando información sobre el PIR. Me ha brindado la oportunidad de visibilizar y sensibilizar sobre la importancia de la Psicología Clínica para la población con necesidades de atención especializada en Salud Mental. ¡Gracias! Comencemos descubriendo qué es el PIR (psicólogo interno residente).

¿Qué es el PIR?

PIR significa psicólogo/a interno/a residente, y la cumplimentación exitosa de la formación otorga el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. Para acceder al mismo es necesario realizar un examen organizado a través del Ministerio de Sanidad. Además, es indispensable obtener plaza de acceso a la formación sanitaria especializada. En mi caso, los 4 años como PIR los he realizado en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. La especialidad de Psicología Clínica se reguló en el Real Decreto 2490/1998. Junto a la Ley 44/2003, reconocen a los Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica el mismo estatus y nivel de competencias que médicos especialistas.

¿Y para acceder a esta formación y especialidad?

Si eres colega profesional y quieres elegir esta vía formativa, recomiendo un periodo de reflexión. Prepararse para el PIR es un proceso duro, en el que se necesita mucha tolerancia a la incertidumbre, atravesar una “montaña rusa de emociones” y que existan factores personales y contextuales que posibiliten iniciar esta carrera de fondo. Si crees que es tu opción, te cuento mi experiencia durante estos años.

La formación como especialista se desarrolla a través de 4 años en los que trabajas en el hospital. Durante estos años, la actividad clínica se divide en diferentes “rotaciones” que son distintos dispositivos asistenciales pertenecientes al hospital y en el que se atienden a pacientes según nivel de gravedad, psicopatología y necesidad clínica. Hay dispositivos asistenciales (rotaciones) que son hospitalarios y otros que son ambulatorios, por lo que el trabajo no siempre se desarrolla dentro del hospital (Unidad de Salud Mental Comunitaria, Hospital de Día, Unidad de Rehabilitación, Enlace e Interconsulta, Unidad Infanto-Juvenil… etc).

Nuestro nivel de responsabilidad es progresivo, por lo que inicialmente participamos como observadores de otros Psicólogos/as Clínicos/as y progresivamente vamos adquiriendo mayor responsabilidad y autonomía en el manejo y gestión de casos. También tenemos el concepto de continuidad asistencial (C.A.) que es un espacio en el que se realizan actividades complementarias, como por ejemplo evaluaciones psicométricas, psicoterapias de grupo o espacios de supervisión de casos.

¿Y la docencia?

En el apartado de docencia, tenemos sesiones de formación específica con otros PIRES en las que trabajamos supervisiones de casos y sesiones de formación bibliográfica. Una vez al mes tenemos sesiones de formación conjunta con compañeros residentes de Psiquiatría y de Enfermería de Salud Mental. En estas sesiones se abordan contenidos transversales a las tres especialidades. En mi caso en particular, el PIR ha permitido iniciar mi camino en la investigación, estudiando la influencia de variables psicosociales sobre la evolución de trastornos mentales graves.

Para mí, el PIR ha sido una experiencia maravillosa. El contacto diario con diferentes profesionales y pacientes me ha permitido aprender muchísimo de todos ellos. Me llevo una formación que me ha permitido convertirme en Especialista en Psicología Clínica. También me llevo numerosos amigos y amigas, colegas de profesión, y una mochila cargada de experiencias para poder ayudar a personas que lo necesitan.

 

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Antonio Vázquez

Área de Psicología